La habilidad de poder controlar nuestros niveles de estrés en segundos, es extremadamente útil y poderosa. Esto lo podemos lograr fisiológicamente ya que nuestra respiración tiene un impacto directo en nuestro ritmo cardiaco y por ende, en nuestros niveles de estrés o de calma. A continuación explicaré como lo podemos hacer.
Cuando inhalamos nuestro diafragma se mueve hacia abajo, creando más espacio en nuestra cavidad torácica. Incluso nuestro corazón aumenta de tamaño y como consecuencia; el flujo sanguíneo, al tener más espacio, se ralentiza. Esto a su vez, envía una señal a nuestro cerebro que inmediatamente responde acelerando el corazón.
Al exhalar pasa exactamente lo contrario. El diafragma sube, se reduce el espacio en la cavidad torácica, el corazón se reduce en tamaño, el flujo sanguíneo viaja a mayor velocidad, el cerebro recibe esta señal y responde reduciendo su velocidad. En resumen, al inhalar aceleramos nuestro ritmo cardiaco y al exhalar se reduce.
Si deseamos acelerar nuestro ritmo cardiaco para estar más alerta, inhalamos de una manera vigorosa o más intensa. Para calmarnos o relajarnos, hacemos nuestras exhalaciones más largas que nuestras inhalaciones o, más vigorosas. Esto nos calmara inmediatamente.
Suspiro fisiológico(physiological sigh)
Existe una manera muy práctica para reducir niveles de estrés en tiempo real, que personalmente vengo realizando hace unos pocos meses con excelentes resultados, y es lo que se denomina como suspiro fisiológico o en inglés physiological sigh. Es un patrón de respiración que consiste en realizar dos inhalaciones seguidas de una exhalación larga. Sus efectos fueron descubiertos en 1930, gracias a que se trata del patrón de respiración que todos realizamos cuando nos encontramos en una situación claustrofóbica o cuando estamos profundamente dormidos. En estas circunstancias, se acumula dióxido de carbono en nuestro flujo sanguíneo y esto, dispara el impulso a respirar siguiendo este patrón.
Para realizar el suspiro fisiológico de manera voluntaria debemos realizar dos inhalaciones, la primera más larga que la segunda. Luego, realizamos una exhalación muy larga, que tarde más que lo que tardaron las dos inhalaciones previas. Usualmente, las dos inhalaciones se realizan a través de la nariz y la exhalación por la boca. A menos que exista alguna condición que nos lo impida, en ese caso lo haremos como lo podamos hacer.
Realizando este patrón de respiración 2 y hasta 3 veces, será suficiente para reducir nuestros niveles de estrés y ansiedad considerablemente. Los invito a que lo pongan en práctica y nos cuenten en los comentarios como les ayudó.
Bendiciones infinitas.
Algunos datos fueron tomados de Huberman Lab.
Escrito por:
Delpaeh Lara
Coach Angelical de Vida
Conductor CHIEC Barcelona
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