¿Eres de los que le cuesta expresar claramente lo que piensa o lo que siente? Puede ser que tengas alguna dificultad en mostrarte tal como eres y de repente esa falta de claridad contigo mismo hace que termines haciendo cosas que no deseas. Puede que también lo hagas por miedo al qué dirán o porque te sientes culpable al no poder satisfacer a todo el mundo, y entonces, caes en ese comportamiento, una y otra vez, alejándote de tus deseos y necesidades.
Muchas personas crecen creyendo que hay que preocuparse mucho por el otro, que la prioridad la tienen los demás y que tus necesidades están siempre en un segundo plano. Otros por el contrario se defienden, imponen y discuten cada cosa al hablar, se expresan desde su “gran sinceridad”, y terminan lastimando e hiriendo indiscriminadamente.
Ambas posiciones dificultan en gran medida las relaciones interpersonales, produciendo distanciamiento e inundando de emociones densas a cada ser.
Es por eso, que, si mejoramos estas relaciones, si fortalecemos nuestros vínculos y nos empoderamos, podemos mejorar nuestra calidad de vida y en definitiva ser personas cada día más felices. Y es aquí donde manejar la asertividad, se vuelve una herramienta muy poderosa.
La asertividad es el arte de hablar desde la paz, la claridad y la tranquilidad, para expresar nuestro sentir de manera equilibrada y respetuosa hacia nosotros mismos y hacia los demás. Es transmitir desde el amor nuestras necesidades, sin la intención de lastimar. Nos ayuda a ser coherentes con nosotros mismos y vibrar en la frecuencia del Amor Incondicional.
Cuando somos Asertivos, aumenta nuestra autoestima y nuestra aceptación. Somos más humildes y vamos dejando el juicio y la crítica de lado. Independientemente del mensaje, somos conscientes de la manera o el “como” transmitimos nuestro sentir,
haciéndonos responsables de nuestras propias necesidades. También, al ponernos en los zapatos del otro, somos más empáticos y compasivos.
Entonces, si te encuentras diciendo sí, cuando tu sentir dice que no, o haciendo cualquier otra cosa que te aleje de tu esencia, es hora ya de entrar en coherencia contigo mismo.
Reconoce que estas en todo el derecho de poner límites, así a los demás no les parezca.
Reconoce que no es tu responsabilidad gestionar sus emociones y acepta que lo que mejor te va, es gustarte a ti mismo, primero que a los demás.
Tu esencia también es la libertad. Deja de dar tantas explicaciones y atrévete a ser tú.
¡Di sí cuando quieras decir sí, y no cuando quieras decir no!
Reconoce y acepta “Quien Eres”. Eres, en definitiva, una herramienta de Amor, que, si es necesario, podrá expresar a quién no tiene la evolución para escuchar tu mensaje, aquello que pueda procesar sin que le cause daño, tal como lo haría el Maestro Jesús.
Escrito por:
Rosa Amor
Coach Angelical de Vida
Conductora CHIEC Reino Animal
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