Una planta solo puede crecer en los espacios destinados para ello, en donde consiga no solo los nutrientes necesarios para hacerlo sino que además el ambiente sea el adecuado y reciba todo el cuidado y aprecio que se merece, si se le trata con amor y cuidado esa planta crecerá fortalecida y se transformará en un hermoso árbol que en consonancia con todo lo que le rodea y en perfecta sincronía con el universo brindará a este planeta toda su majestuosidad; llevando a cabo la misión para la que siempre estuvo destinado.
No obstante, si por el contrario permanece en un entorno que si bien provee los nutrientes necesarios para subsistir aún así se encuentra en un ambiente hostil en donde permanece en constante lucha con los elementos solo para mantenerse en pie, irremediablemente este divino ser se adaptará a esas determinadas circunstancias como tantos otros y su misión de vida cambiaria, simplemente trataría de subsistir o sobrevivir en este planeta.
Tal y como este hermoso árbol de la metáfora así es la vida del ser humano; cada uno de nosotros está destinado a alcanzar las alturas, a realizar hazañas extraordinarias, a evolucionar, pero sobre todas las cosas a ser fuerzas del bien que traen el amor a esté glorioso planeta. Sin embargo, el problema radica en que a lo largo de nuestra vida vivimos situaciones que nos enfrentan a las peores facetas tanto de nosotros mismos como de la humanidad y nos invitan a ver la vida de una forma poco amigable, con indiferencia e incluso con desdén, perdiendo así completamente la fe.
Ahora bien, nuestro poder más grande es el poder de la elección, somos nosotros/as los cocreadores de nuestras vidas, así que si bien podemos venir de hogares complicados, nuestras familias pueden no habernos tratados como hubiésemos querido, se nos puede haber juzgado en la escuela por ser nosotros mismos y expresar nuestra individualidad… Independientemente de la situación podemos superar estos obstáculos y elegir conscientemente vivir una vida completamente diferente, una vida alineada con lo que somos, una vida que nos permita vivir sueños imposibles rodeados de un amor más grande de lo que podamos imaginar; el problema radica cuando no nos animamos a dar siguiente paso lo que termina por generar ese irremediable deseo de escapar de esa situación pero parece algo imposible.
Nos decimos excusas como “no soy capaz de hacer esto…” “y si pasa algo malo” “no soy suficiente”, etc.; nos sentimos impotentes, creemos que no podemos cambiar o peor aún creemos que nos merecemos lo que estamos viviendo por muy doloroso que sea, dejando que el miedo a lo desconocido o al cambio determine nuestro camino de vida dejándonos, estáticos impidiéndonos crecer, y es así como terminas tal y como el árbol de la metáfora, permaneciendo enraizado en un terreno desértico y baldío que solo te da los nutrientes suficientes para subsistir.
Por lo que el mensaje de este artículo es bastante simple ¡Vive! Supera tus temores, arriésgate, atrévete, cambia y transfórmate, ¡Tu tienes la fuerza para lograr todo lo que te propongas! márcate y un objetivo y lógralo no importa los obstáculos que surjan, el éxito es la única opción, resiste y mantente firme. Se tal y como las mariposas, sal de tu crisálida de confort y atrévete a transformarte en un ser único, hermoso y espectacular; ten fe, cree en la vida, cree en el Universo. Solicítale a Dios Padre-Madre, a los Maestros Estelares, a los Ángeles y los Arcángeles ellos te acompañen y te protejan a cada paso del camino.
Sigue a lo que resuena con tu alma; recuerda, el corazón es tu brújula deja que él te guíe; viaja a través de continentes, sueña en grande, creen en ti mismo, cree en tu fuerza y ten el valor de encontrar ese lugar en que puedes ser tú mismo, en donde te amen tal y como eres, en donde puedas evolucionar y crecer hasta convertirte en lo que siempre estuviste destinado a ser, un Ser de Luz.
Escrito por:
Andrea Rodriguez
Coach Angelical de Vida
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