Desde que tengo uso de razón, siempre he estado rodeada de niños. Siempre me ha gustado cuidar o entretener a los menores de mi familia, además estar con ellos me hace sentir niña otra vez. Estas experiencias me han hecho ver de primera mano la influencia poderosa que los niños tienen en nuestra vida. Hoy les quiero compartir mi perspectiva sobre por qué los niños son fundamentales no solo en el núcleo familiar, sino también en la comunidad y el mundo entero.
Para mí, la familia es el primer lugar donde los niños empiezan a dejar su huella. Recuerdo con cariño cuando mis primas y sobrina nacieron, la casa se llenó de una energía de amor, alegría y gozo. A partir de ese momento todos teníamos un nuevo motivo para ser mejores: queríamos ser ejemplos positivos para ellos.
Los niños traen consigo una pureza y sinceridad que a veces los adultos olvidamos. Son un recordatorio constante de la importancia del amor incondicional y la paciencia. En muchas ocasiones, las risas y ocurrencias de los más pequeños han sido lo que trae alegría en momentos de tristeza, y lo que mantiene el espíritu infantil en mi familia.
Los niños son una fuente inagotable de motivación. Nos inspiran a ser mejores personas, a ser más creativos, a vivir el presente y a recordarnos que nosotros una vez estuvimos en esa etapa, y que no importa la edad que tengamos, siempre debemos tener nuestro niño interior presente. Es por eso que para mi es súper importante que ellos se sientan felices y que puedan siempre mantener ese amor e inocencia a lo largo de su vida.
Durante mi infancia, recuerdo como yo y mis vecinos transformábamos un simple grupo en una verdadera comunidad, jugábamos en las calles, hacíamos travesuras y estábamos felices. Esos juegos y aventuras no solo nos divertían, sino que también construían lazos fuertes entre las familias del vecindario.
Los niños tienen la capacidad de unir a las personas, ya que ellos no ven las diferencias de color, sexo, etc, simplemente son y aceptan a todos por igual. Son excelentes catalizadores para la interacción social y gracias a eso aumenta la fortaleza entre grupos.
A nivel global, los niños son el futuro de nuestra sociedad. Su bienestar y educación son cruciales para el desarrollo sostenible del mundo. Los niños de hoy serán los líderes, científicos, artistas y ciudadanos del mañana.
En mi experiencia trabajando con niños de diferentes edades, me he dado cuenta como todos tienen una increíble resiliencia y capacidad de adaptación a las circunstancias. Me encanta ver sus personalidades y cómo ven el mundo desde su perspectiva, sin vergüenza y expresando lo que realmente piensan.
Escucharlos y respetando sus opiniones, es súper importante para que crezcan con alta autoestima y siempre motivados a ser mejores personas.
Los niños, con su energía inagotable, su capacidad de asombro y su innata bondad, son un regalo para el mundo. Desde el núcleo familiar hasta la escena global, su impacto es profundo y transformador. Personalmente, cada interacción con un niño me recuerda la importancia de la inocencia, la curiosidad y la esperanza. Nos enseñan a ser más humanos, a valorar las pequeñas cosas y a trabajar por un futuro más brillante.
En un mundo que a veces puede parecer sombrío y complicado, los niños son la luz y el amor. Son la promesa de que las cosas pueden mejorar y de que, con el cuidado y el apoyo adecuados, pueden lograr cosas increíbles. Por eso, es esencial que valoremos, cuidemos y escuchemos a los niños, porque en ellos reside la clave para un futuro mejor y más humano.
Escrito por la Maestra Zoly Sananda
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