De pequeños aprendimos a hablar y lo hacemos diariamente como un acto cotidiano, al igual que cuando respiramos, la mayoría del tiempo lo hacemos de manera inconsciente y repetimos cosas de la misma forma.
Cuando vamos evolucionando, y somos más conscientes de nuestro hablar, reconocemos la fuerza que trae consigo una palabra y seguro que pensamos dos veces antes de nombrar algo.
Ya sabemos que todo es energía y todo en el universo tiene una vibración. Las palabras, por ende, también. Ellas tienen un poder increíble. Las palabras sanan, estimulan, crean, edifican o, todo lo contrario.
La invitación, es a replantearnos, a reflexionar sobre lo que estamos proyectando al hablar. En referencia a los Animales puntualmente: ¿Tienen los animales que servirnos para algo? (animal de compañía o mascota), cubrirnos alguna necesidad? mejor sería dejarlos ser lo que son, con todas sus facultades y disfrutar de la libertad mutua, la convivencia armoniosa y respetuosa, donde lo importante es el vínculo que tenemos con ellos y la simple realización de poderlos amar.
” Los Animales no son nuestra propiedad, no son cosas”. Son seres que viven en el presente, que nos enseñan de amor, respeto, humildad, valentía, pureza y mucho más.
Si vamos un poco más allá, ¿somos conscientes de la energía que tiene el nombre de ese Ser animal, con el cual lo vamos a identificar de por vida y que vamos a repetir un montón de veces? ¿qué energía quieres emanar cuando lo nombras, que quieres que sienta tu compañero animal?
En lugar de “Dueño”, a que suena mucho mejor persona responsable, cuidador, compañero humano, encargado del animal. Seguro que nuestra vibración se eleva diciendo compañero animal, animal de familia, amigo animal, animal de estimación o como lo definen los japoneses: animal para amar, con quien jugar y disfrutar. Eso son ellos, un regalo divino para proteger y honrar.
Con estos pequeños/grandes pasos podemos reprogramar la relación humano- animal, donde ambos, de “ser a ser”, fortalecemos ese vínculo que nos engrandece y reconforta. Haciendo cambios “sutiles” podemos iluminar, sanar, transformar y al final de cuentas evolucionar junto a nuestros amigos animales, que sin juicio ni crítica esperan que entendamos y tomemos consciencia, de que nada de este planeta nos pertenece.
Escrito por:
Dra. Camila Galvis Peña
Coach Angelical de Vida
Conductora CHI.EC Reino Animal
E-mail: reinoanimal.chiec@gmail.com
Instagram: @teamaterapias Facebook: TE AMA Terapias Alternativas para Animales
Comentarios