Una de las mejores épocas para conectarnos con la Madre Tierra, es la primavera, ya que ella nos inspira a que, junto con la tierra, nosotros también podemos cambiar, dejar atrás el pasado y dar a luz nuevas ideas.
Cuando llega la primavera los días se alargan y entran las temperaturas cálidas, empezamos a despertar de nuestro invernar. Recibimos la lluvia que da de beber a las flores y las plantas. Sentimos el respirar de la Tierra con la brisa suave que recorre las hojas de los árboles, y vemos como las hojas de los árboles se despliegan anunciando el renacimiento de la Madre Tierra. Los animales salen y anuncian las buenas noticias a todos los que quieran escucharlas. El renacimiento llena el vacío del invierno con entusiasmo. Aunque ocurre así todos los años, siempre sentimos esa emoción, de lo nuevo que trae consigo ese renacer.
Es entonces cuando nos enamoramos de nuevo, nos conectamos con la belleza de la naturaleza, decimos que sí a cosas que normalmente rechazaríamos. Es más difícil decir que no cuando el mundo entero que nos rodea parece ser una asombrosa afirmación de la resistencia, la riqueza y la belleza simple y perfecta de la vida. Podemos sentirnos varios años más jóvenes y con 5 kilos menos sin cambiar nada. Puede que sintamos la necesidad de limpiar nuestro cuerpo con un nuevo patrón de alimentación, limpiando nuestras cocinas de los alimentos reconfortantes del clima frío y llenándolas en su lugar con alimentos más ligeros y frutas y verduras frescas. Puede que limpiemos nuestros armarios de ropa vieja o que nos cortemos el pelo para expresar una nueva faceta de lo que somos y de lo que podemos llegar a ser.
La primavera nos inspira a crecer, evolucionar, junto con la tierra. Nosotros también podemos cambiar, dejar atrás el pasado y dar a luz nuevas ideas, nuevas relaciones y perspectivas. En honor a la primavera, podríamos hacer una lista de las muchas posibilidades que imaginamos para el futuro y enterrarla en la tierra, entregando las fértiles semillas de nuestra imaginación a la tierra amada, para que con su abundancia ella nos ayude a que esas posibilidades se hagan realidad.
Recordemos que la Madre Tierra nos ofrece toda la abundancia que necesitamos, cuidémosla, amémosla, agradezcámosle por todo el Amor que ella nos envía a diario y por permitirnos vivir bajo su manto.
Escrito por:
Alexandra Morales
Coach Angelical de Vida
Conductora del CHIEC Flagstaff
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